Desde chiquita me apasionó la comedia musical, el bailar, cantar, reír, actuar, interpretar, jugar. Pero por alguna razón, a medida que fui creciendo, fui apagando esa lucecita...
Hace años vengo en la búsqueda de volver a encontrar esa luz y darle cauce. Algunas veces parece sencillo, otras un camino interminable y casi imposible.
Cada vez que escuchaba música en vivo o veía a alguien bailando libremente, nacía un fuego dentro de mí, un oleaje de emociones y sentimientos que buscaban salir corriendo a de mi cuerpo, pero por alguna razón no lograba salir de él. Hasta que, con el tiempo y mucho trabajo de autoconocimiento por detrás, logré reconocer a mi mente generando pensamientos represivos, en forma de ametralladora, intentado convencerme de no hacerlo. La realidad es que no sé cuál es la verdadera causa de esto, pero entendí que no era tan importante entender la razón en sí misma, sino lograr revertirla, silenciarla.
Hoy entiendo que el cuerpo es sabio, y la mente no es que sea "mala", sino que está hecha para sobrevivir, almacenar energía, y todo lo que signifique "salir de la caja" le genera un desgaste excesito que muchas veces considera innecesario, el desafío está en entrenarla y revertir ese pensamiento; expresarme siempre es cómodo, manifestar mi música interna y emocionalidad es algo necesario para mi sobrevivencia.
Hace años me comprometí conmigo misma, asumí ese desafío personal, y siento que cada vez estoy más cerca de poder expresarme sin tanto bloqueo emocional. Lo reconozco como irreal, mentira, es una simple catarata de pensamientos negativos, de preocupación, miedo, vergüenza, etc que puedo deconstruír fácil pero continuamente. Uno de esas grandes “creencias limitantes” era “miedo a fallar”. Por mucho tiempo me costó liberar mi voz por completo al momento de cantar, cada vez que abría la boca sentía que le iba a errar a la letra, a la nota, al ritmo, al tempo, a TODO. Y eso, por alguna razón, me abrumaba de tal manera que, de hecho, me olvidaba la letra ciertamente, y prefería tararear hasta callarme. Desvanecerme disimuladamente.
Hoy comprendo que la música no es algo que hay que “hacer perfecto” de hecho, todo lo contrario, se trata de sentir, de expresar, de liberar desde el cuerpo, la mente, moverse, balancearse, SER.
Lo revertí creando una nueva creencia: “mi voz suena hermosa y perfecta cuando logro hacerlo desde el corazón, sin prejuicios ni miedos a “hacerlo mal”. Soy perfecta siendo yo misma, la música es perfecta en sí misma, todo es correcto y perfecto tal cual es, el miedo a “fallar” o a “hacerlo mal” no existe, no es real. El corazón no entiende de dualidades, de separación, de si es uno no es otro, EL AMOR INTEGRA, une, mira todo a través de los mismos ojos de la empatía y compasión, no discrimina ni rechaza. Elijo vivir la música desde acá. La música no es algo que hay que “hacer de una manera”, la música hay que serla, hay que sentirla. Se trata de lo que te genera a vos en cada momento presente, cada vez que escuchas un golpe de la batería, cada nota de una guitarra, la melodía que hace la voz en el aire y se une con todos en una armonía y melodía que dura, tan sólo, una milésima de segundo; nace, existe y muere, todo, en el mismo instante.
Todo es un instante en el mundo, todo comienza y termina en el mismo segundo, por eso podemos observarlo, sentirlo, verlo, etc. Porque lo observamos desde su dualidad, lo reconocemos porque reconocemos su opuesto, por lo tanto al ser diferente, existe. "Lo perfecto", es un concepto en sí mismo, no es algo concreto, algo que existe como totalidad, el mundo está en constante cambio, nada permanece igual, por más mínimo que sea, por lo más invisible que pueda parecer. “No es posible bañarse dos veces en el mismo río, porque nuevas aguas corren siempre sobre ti” decía Heráclito, y cuánta razón tiene. La mente es quien crea una sensación de continuidad entre un evento y otro, y crea una historia que tenga sentido para sí misma. Pero no es más que una simple percepción, una posibilidad más, e igual de válida, que la de cada mente humana.
Cuando logras recuperar el control sobre tus pensamientos, cuando recuperas las riendas de lo que tu mente opina y eres tú quien le da órdenes y espera que actúe sin quejas, puedes lograr lo que sea que te propones, cada vez con menos esfuerzo. Admito que he sido demasiado condescendientes con mis juicios y pensamientos, me costaba poner límites en el afuera, hoy entiendo que tampoco los ponía internamente. Nuestra mente nos conoce, incluso más, que nosotros a nosotros mismos.. Sabe exactamente qué decir, en qué momento para convencernos de hacer lo que le genere menor desgaste de energía. Nuevamente, no es que sea "buena o mala", simplemente es un proceso racional puramente instintivo. Lo cual es curioso para mí, ya que aparece esta "dualidad" nuevamente: la reconocemos como racional, porque en realidad actúa desde el instinto, al cual en muchos casos critica y rechaza en los otros, pero nosotros lo hacemos CONSTANTEMENTE. Por eso mismo, "aquello instintivo que veo en el otro y me molesta, critico y juzgo", no es más que una sombra, una parte de nosotros que existe pero rechazamos, nos negamos a querer aceptarla, ya que automáticamente pasa por el filtro mental de clasificarlo como algo “bueno o malo", esto nos encierra en una polaridad fija que no logra moverse de allí. Conclusión, nos estancamos, somos presos de un pensamiento fijo el cual no nos permite movernos de ahí, aceptarlo sin juicio tal cual es e integrarlo.
El camino comienza aceptándolo en los otros, para así aceptarlo en uno mismo. Cuando logramos movernos hacia el otro polo significa que lo integramos, solamente así, estaremos avanzando por encima de ese pensamiento, por lo que la estaremos retando, desafiando, nos estaremos revelando ante ella, y haciéndola gastar energía moviéndose hacia un lugar que “ella cree” que le genera incomodidad. Esa sensación que se percibe como “difícil”, “doloroso” no es más que nosotros mismos poniéndole límites a nuestra mente y dándole una orden directa, sin aceptar quejas u opiniones. Nuestra mente es nuestro verdadero “niño interno” y al que hay que cuidar, recuerda: no puedes darle a otros lo que primero no te das a ti, no puedes dar algo que no tienes.
Ahí radica, para mí, la importancia de exponernos a situaciones incómodas; reconocer las creencias que están registradas en nuestra mente, y las cuales se repiten CONSTANTEMENTE.
Te animo a tomar las riendas de tu mente y decidir conscientemente la realidad que elijas comenzar a percibir de ahora en más, y comprometerte con ella, contigo, con tu vida. Ese es el verdadero amor propio para mí, el compromiso conmigo misma.
Aprender a reconocerme, a cuidarme, a amarme y aceptarme al 100, aceptar mis sombras y luces, revelarme contra todo aquello que, a mi mente le asusta, pero que en verdad limita la expansión de mi corazón, de mi Ser.
DECRETO: Elijo vivir desde el corazón, desde mi Ser, desde la integración, desde la incomodidad, desde mi expresividad, desde la música que me enciende dentro y compartirla sin expectativas y sin buscar nada a cambio. Ser, desde la abundancia, elegir, experimentar, soltar miedos y carencias.
AGRADECIMIENTO PARA MÍ: Gracias alma por nunca haberte ido, por permanecer siempre brillante, perdón por haberte olvidado por un rato, perdón por haberte dado por segura y no haberte cuidado y valorado como merecías, siento haberme creído separada y no haber confiado en que vos sabes, más y mejor, qué es lo mejor para mí, más que mi mente, te amo. Gracias a vos que estás leyendo esto, perdón, lo siento.. Te amo, GRACIAS.
Mucha vida alma inquieta! 😘
