Mi cuerpo como voz de mi ser,
de mi alma o de mi corazón,
o cómo más te guste etiquetarlo,
de todas formas se sintetizará
al propio ego y a las creencias limitantes.
La palabra no describe la esencia,
sino sólo lo que lo encasilla.
Aquello que puede verse y explicarse
pero no lo que sentirse y renovarte puede.
En rimas, en símbolos, en prosa o cantándolos,
deja a tus sentimientos volar.
Anímate a llorar, a sanar,
y te prometo que la libertad recuperarás.
Despierta, mira con una nueva perspectiva,
canta, baila, habla, dibuja o grita,
toca o rompe,
compone, escribe o lee,
pero buscar dar sin recibir.
Sé el primero en hacer algo diferente,
a pesar de haberte sentido siempre
de la vereda de enfrente.
Tú sabes mejor que nadie,
lo que eres capaz de ser,
nadie nació siendo tú,
por lo que nadie puede saber
lo que puedes o no hacer.
anímate a probar y trascender ese tabú.
Lo mejor de todo es descubrir, que no hay una sola forma,
sino que uniendo todas, la magia comienza en
construir una nueva huella única y hermosa.
Hay gente que escribe, lee, compone,
canta, escucha, narra o dibuja,
que lo fotografía, que lo baila o actúa,
que transmite a través del cuerpo o mediante él.
Que nunca te gane la ansiedad de las respuestas instantáneas,
permítete confiar en que no necesitas escucharlas,
para saber, que en tu interior, la mejor solución existe hace rato.
Es cuestión de responsabilidad,
de ser capaces de rotar la perspectiva, sin obligación,
pero sabiendo que sea cual sea la que elijas,
no dejará de ser una ilusión.
La verdad es subjetiva y única para quién la mira.
La magia está en no tener una respuesta,
para poder ir tras ella, y ser así,
uno más entre las estrellas.
Hay gente que escribe libros, cuentos, diarios o poesía.
Hay gente que decora y le da vida. Otros que lo leen o lo narran,
otros que lo ejemplifican con dibujos o garabatos.
Pero el arte es el lenguaje de nuestras emociones,
mediante nuestro cuerpo.
De mil maneras distintas,
ya que emociones existen infinitas.
Todos somos artistas, y así debemos ser.
Aprender también del arte de ser
me refiero a amar, sentir, llorar, sanar y florecer.
Que sea el arte quien nos permita sonreír
en este camino universal que para todos termina en el mismo lugar.
Que el miedo y las preocupaciones no puedan paralizarte.
Que puedas siempre mirar al cielo,
decir gracias y perdonarte.
Dejar ir, sanar y liberarte.
Que las palabras sean para comunicarnos,
no para intentar descubrir los sentidos ocultos.
En una batalla de palabras,
la espesura de las opiniones,
es de las peores armas.
La grandeza no se desprende de los discursos o pensamientos,
sino de los actos y sentimientos.
Eleva tus palabras, no la voz,
leí una vez, ya que es lo que te define y habla más de vos.
Me pasé años buscando la forma de trasmitir mi pensar,
creyendo que al igual que a mí,
a la gente le serviría para sanar.
Hoy aprendí que no era más que mi ego infantil,
creyendo que mi medicina era el natural del Ribotril.
Todos buscamos expresarnos y ser comprendidos,
creyendo que si no lo logramos estaremos perdidos.
Que para eso todos deben ser iguales entre nosotros,
cuando en verdad se trata de ser libres,
auténticos y reales.
¿Cuántas veces hablamos por hablar,
gritando palabras que jamás podremos borrar?
¿Cuántas veces por no decir lo que queríamos, nos sentimos ahogar?
¿Cuántas veces creímos que luchando por hacernos escuchar,
íbamos a lograr que nos puedan observar?
Rotos, perdidos, solos y sin nadie con quién llorar,
el mundo puede parecer un lugar terrible, lleno de sufrimiento y malestar.
Pero si logramos ver la magia, sin protestar, el renacer florecerá.
Acompañado de un despertar, repleto de silencios, paz y libertad.
De esa que llena tu alma y te enseña a amar.
Muchas veces creí que escribir no era lo mío,
tal vez tampoco lo sea.
Tampoco dibujar o cantar, siempre comparándome con otros,
quienes en esas áreas no sabían más que brillar.
Pero a medida que me expreso más y más,
la fluidez me empieza a convencer.
Puedo entender que no se hace bien o mal,
que mientras tu alma se libere, nunca una equivocación existirá.
El corazón no miente y rara vez se equivoca,
por lo que anímate a ver lo que en tu interior provoca.
Querer encontrar una única forma de expresarme no es lo mío.
Cada emoción o situación requiere siempre
una manera diferente.
A veces canto, a veces bailo, dibujo o escribo,
también hablo mucho y no escucho,
camino, cocino o juego,
pero lo que sí, siempre lo hago
para disfrutar de un día nuevo.
Las cosas que más me apasionan son justamente aquellas
que no pueden explicarse con palabras.
Qué difícil se hace a veces querer comunicarse,
solo repitiendo palabras sin parar.
Quiero escuchar, pero hay un algo en mí que responde impulsivamente,
sin siquiera querer o ser consciente.
Y lo peor es que siempre trata de volver la conversación a mí misma,
en lugar de escuchar lo que el otro quiere decir.
Y no porque busca ser comprendido necesariamente,
sino por el simple hecho de expresarse y liberarse desesperadamente.
No siempre se debe responder con palabras,
éstas están sobrevaloradas,
pero que difícil es intentar comunicarnos sin su presencia.
Mucho para aprender en esta vida, intensa y apasionante,
liberarnos de creencias limitantes, evolucionar,
perdonar y perdonarte, para así trascender a esa luz brillante.
