¿Cuántos de nosotros somos hoy en día veganos o vegetarianos? ¿A cuántos de nosotros nos han hecho las mismas tres preguntas, "¿Hace cuánto? pero, ¿Y las proteínas? ¿No comés ni queso ni huevo? yo no podría."
Con respecto a la primera, personalmente es de las pocas cosas que no me siento cómoda de contestar, siento que la pregunta tiene un doble sentido. Al principio me sentía bastante juzgada, positiva y negativamente. Siempre hay personas que, o critican al que se anima a hacer algo que uno no puede o admiran y elogian demasiado. De todas formas siempre existe un grado de comparación subyacente. Sumado a que, me han dicho más de una vez, "bienvenida", como si fuese una etnia o una hermandad. Pero como todo grupo social, si querés ser parte tenés que cumplir con ciertos requisitos y normas.
La segunda pregunta me causa incluso un poco de gracia. Es cómo si fuese una respuesta automática al escuchar la palabra "vegano" o "vegetariano". Entiendo igualmente que hay personas que nunca escucharon estos nuevos conceptos y realmente no saben como funcionan y su intención es realmente la de informarse. Por eso es necesario comprender que, las cosas nuevas asustan, y la respuesta automática es el rechazo, por lo que es imprescindible ser informativos. También sé, que como seres humanos, todos tenemos un grado de intolerancia, susceptibilidad y reaccionamos agresivamente cuando sentimos que nuestras creencias están siendo juzgadas o atacadas. Pero si realmente queremos ser comprendidos, debemos comunicarnos e intentar informar al otro, no usar sus mismas armas de ataque y juicio. Eso sólo inhabilita cualquier tipo de diálogo, de intercambio de ideas y conocimientos, convirtiéndose en una lucha inalcanzable de egos dónde ninguno logrará "ganar". Con respecto a las proteínas, es claro que son importantes para nuestro desarrollo, como lo son también otros tantos de nutrientes y minerales. Es verdad que las carnes poseen un mayor porcentaje de proteínas que otros alimentos, pero no por eso las hacen únicas e indispensables. De hecho existen diferentes tipos de verduras, granos, cereales y frutos secos que contienen grandes cantidades de proteínas y permiten combinarlos de manera más balanceada con otros minerales. Lo mismo sucede con los lácteos, existe el mito de que la leche vacuna es de las mejores fuentes de calcio, puede que sí, pero no significa que nuestro cuerpo sea capaz de incorporarlo completamente. Es decir, los lácteos si pueden ser beneficiosos para nuestra salud, pero hoy en día, junto con los movimientos veganos y el incremento de las personas intolerantes a la lactosa, se han hecho estudios que demuestran que existen diferentes efectos colaterales, incluido efectos cancerígenos. Tanto los productos lácteos como las carnes contienen grandes cantidades de grasas, siendo también uno de los principales factores de la obesidad.
Por último, la tercera reacción más conocida es, "ay, a mí me encantaría serlo, pero nunca podría dejar el pescado, el queso o el huevo." Es importante, comprender que no por no cumplir con "uno de los requisitos" uno es más o menos vegano que el resto. Ser vegano o vegetariano no se trata de erradicar alimentos de nuestra dieta, ni de aguantarnos las ganas y los antojos. Se trata de ser un consumidor consciente, de saber por qué y para qué comemos lo que comemos. Saber qué efectos tendrá tanto en nuestro cuerpo como en el ecosistema. Es realmente poner en perspectiva si vale la pena todo el proceso que hay por detrás, todo lo que se fomenta y se destruye, por un pequeño antojo pasajero. Si la respuesta es sí, está perfecto, dénse el gusto de disfrutarlo y ser felices sin sentir culpa, si la respuesta es no, está perfecto, sean felices sabiendo que no sólo están contribuyendo a una buena causa si no que incluso lograron ganarle al antojo hasta que desapareciera completamente.
No hay formas buenas o malas, ni mejores o peores. Ser conscientes de lo que consumimos ya es suficiente. Y como dije, no se trata de erradicar ningún consumo, simplemente regularlo e ir disminuyéndolo por el simple bien de todos, de nuestro cuerpo, nuestra energía y del ecosistema. Muchos dicen, "a mí poco me importa el medio ambiente y el calentamiento global", y está bien, ¿quién soy yo para juzgar tus intereses? A mí sí me interesa y por eso hago algo al respecto, pero por salvar mi propia conciencia y el mundo en el que todos vivimos; de seguro esa persona también cumpla un rol importante para el mundo pero muy distinto al nuestro. Repito, no está ni bien ni mal ni es más o menos importante que el trabajo que cada uno decide o no hacer.
El veganismo, para mí, se trata de ser consciente y responsable en mi día a día. En intentar ser lo menos agresiva para el mundo, y eso no se basa solamente en los animales y en las plantas, sino con las personas también. Se trata de ser respetuosa con todo mi entorno, de compartir mis ideales pero sin intentar cambiar las dietas o creencias de nadie, y sobre todo sin querer tener la razón.
Dejar los juicios de valor, dejar de compararme constantemente con los demás, para arriba y para abajo. No me hace sentir ni mejor ni peor que nadie, no me siento superior a nadie, ni siento que nadie me deba algo. No necesito la aprobación de nadie para saber lo que mi cuerpo necesita y lo que le hace bien, como tampoco sufro por no "poder" comer algo.
Una de mis frases célebres, diría mi hermana, es "poder puedo comer cualquier cosa, por suerte porque no padezco ninguna enfermedad, simplemente decido no hacerlo." Logré transformar mis creencias de tal forma que hay alimentos que ya no me provocan el mismo placer que antes.
Es por eso que, hay que encontrar la manera de expresarnos informativamente, y no tratando de imponernos desde un lado de superioridad. Por el simple hecho de que si queremos ser escuchados y comprendidos, atacar nunca va a ser el mejor camino. Bastante hipócrita sería decir que nos preocupamos por todos cuando lo único que hacemos es atacar y juzgar al que piensa diferente. Si realmente buscamos generar un cambio y concientizar al resto, debemos informar, compartir nuestros conocimientos al respecto, pero sobre todo ser respetuosos y dejar la rigidez al lado. ¿Qué sentido tendría querer hacer que una persona piense y se cuestione determinadas cosas, cuando nosotros mismos no estamos dispuestos a hacerlo?
Concluyendo: - Es un proceso de concientización ambiental alimenticio. Donde cada persona, a su tiempo y a su forma, empieza a informarse y tomar consciencia de lo que ingiere, sobre lo que su cuerpo necesita y cómo éste reacciona ante eso. No necesariamente lo que conocemos es lo único ni lo mejor. - No te hace parte de ningún clan, ni mejor o peor persona. Tampoco busca erradicar ningún alimento de tu vida, simplemente disminuir o generar un consumo más consciente. - No existen requisitos para serlo, uno puede comer queso, huevos, o incluso disfrutar de un asado en familia. Mientras que siendo conscientes tu cuerpo y tu mente logren disfrutarlo sin culpa, ya es más que suficiente. No hay que rendirle cuentas a nadie más que a uno mismo. Es importante escuchar al cuerpo, lo que quiere y lo que necesita. - Es un proceso, y como todo tiene altibajos, por lo que de vez en cuando, está permitido salirse de la dieta. Siempre siendo conscientes y responsables, la culpa no es buena consejera. - Interesarnos y cuidar el medio ambiente, también significa hacerlo con los otros seres humanos, respetando sus opiniones y siendo tolerante a los intereses y procesos de cada uno. - Tenemos el mismo derecho de compartir nuestras creencias como los otros. Un diálogo, una comunicación para que sea positiva debe estar abierta por ambos sentidos. Si queremos ser escuchados y respetados, debemos demostrar lo mismo.
Somos puramente responsable tanto de lo que ingerimos como de lo que dejamos salir. Estar abiertos a nuevas ideas, no es erradicar o eliminar viejos hábitos, sino expandir nuestras formas de alimentación saludable.