Infinitas veces me vi queriendo responder los qués, cómos, cuando, dóndes, con la ilusión de encontrar una respuesta racional e instantánea, sin comprender su propia magia, ese misterio a lo desconocido.

La vida no se trata de que alguien venga y nos diga cómo vivir nuestras vidas, de hecho, muchas veces nos enojamos cuando otros pretenden marcarnos límites, reglas y condiciones. Pero de una forma contradictoria, lo buscamos. Constantemente le pedimos opiniones al resto, hasta les preguntamos, qué harían si estuviesen en nuestro lugar; que otros tomen las decisiones por nosotros, ilusoriamente, nos aliviana la responsabilidad de las consecuencias.
Nos cuesta tanto confiar en aquello que no vemos, es tal el miedo a creer que la vida nos va a fallar, que algo nos puede llegar a faltar en algún momento y que no vamos a poder ser lo suficientemente capaces de resolverlo a tiempo, que nos paraliza y enreda.
La vida se va haciendo día a día, paso a paso, es una recopilación, es una película segmentada en escenas, en situaciones, en actos, en diálogos, monólogos, etc. Pero ninguna gracia tendría, ni tiene, ver una peli sabiendo el final. Lo apasionante de la vida es ir descubriendo momento a momento lo que somos capaces de hacer, lo que nos gusta y lo que no, cómo sentimos, pensamos y reaccionamos en diferentes circunstancias. Así mismo, seguir avanzando en cada escena, sin seguir atrapadx en la anterior, reconociendo lo que queremos y lo que ya no, lo que cambiaríamos y lo que queremos mantener.
Realmente, si pudiéramos observar nuestra vida como una película, sin estar tan metidos en el personaje principal, podríamos ver mucho más. Veríamos la escenografía completa, en perspectiva, podríamos comprender lo que los otros personajes piensan y sienten también, no sólo el protagonista. Podríamos observar con claridad lo que este debería hacer, que decisión debería tomar, y transmitirle que todo va a estar bien!, que siempre va a haber una solución, porque la peli sigue hasta que el cuerpo lo permita. Así que, lo invitaríamos a que se anime, a que lo haga, a que pruebe, intente, además, de que todos querríamos saber cómo continúa la historia. Pierde la gracia cuando el protagonista se queda trancado en viejos acontecimientos y no avanza al ritmo de la misma. Es más, hasta nos frustramos cuando desaprovecha oportunidades.
Cuántas veces hemos dicho, ni bien aparece un personaje nuevo, "estos dos terminan juntos", y dicho y hecho, pero ninguno de ellos lo sabía aún. Tuvieron que pasar muchas escenas en el medio para que ambos comprendieran qué era lo que querían, cómo querían vivir su vida, con quién, dónde, etc. Lo resuelven escena tras escena. Y, lo emocionante de la trama, es ver todo lo que va sucediendo en el camino, así que, ¿por qué no podemos vivir así nuestra vida? ¿por qué sentimos esa necesidad de querer tener todas las respuestas ya? ¿acaso no sabemos, bien en el fondo, que sería aburrido que así sea? No permitiría ningún riesgo, ninguna aventura, misterio, nada.
Justamente, el no saber qué es lo que va a pasar, cómo se van a resolver las cosas, cuándo ni dónde continuará nuestra vida, rodeado de quién o quienes, es lo que la hace fascinante y lo que nos otorga la libertad y emoción de poder crearlo nosotrxs mismxs. Es el camino lo que cobra sentido, no el resultado final, que es el mismo para todos. Lo único, auténtico y divertido es el camino que, cada unx va creando a medida que avanza.
La vida es para aprender, para crecer, para sentirnos realizados, alegres, felices, sentir satisfacción y orgullo personal, sorprendernos ante lo desconocido, desafiar nuestras limitaciones, expandir nuestras capacidades.
Bueno, no sé si la vida es eso, pero por lo menos, para mí sí, y observarla así me hace sentir muy bien. Me permite, no tomarme las cosas personales, empatizar con el personaje principal pero sin olvidar que sigo siendo una espectadora, que puede observar con amplitud, la escenografía, la música, la llegada y salida de otros personajes, etc. De hecho, puedo comprender con mayor claridad las decisiones que el personaje principal debe tomar, las posibilidades que pueden surgir, y aumentar la confianza y fe de que todo va a estar bien; esto es por la distancia entre la primera y tercera persona con la que observo, esto aliviana esa responsabilidad a las consecuencias que hablaba antes. Si bien soy responsable, se hace un poco más lúdico y emocionante.
Constantemente estamos creando la vida que queremos, con cada acción, cada hábito, cada palabra que sale de nuestra boca, cada miedo que surge y cada decisión que tomamos para enfrentarlo y superarlo, expandir nuestras capacidades, limitaciones, aprender de otrxs, compartir con otrxs, regalar, dar, recibir, amar, ser, reír, disfrutar.... podría seguir y seguir..
Pero en fin, lo que comprendí y quería compartir es justamente eso.. Lo emocionante es, constantemente, intentar responder estas preguntas, sin la necesidad de encontrar la respuesta, porque entiendo que, su esencia está justamente en que no exista UNA respuesta.
Donde estoy hoy, haciendo lo que hago hoy, cómo lo hago hoy y compartiendo con quienes lo hago hoy, es lo justo y necesario, correcto y perfecto. Ni más ni menos.
Hoy sé exactamente lo que hoy debo saber, ni más ni menos..
Lo contrario al amor no es ni el dolor ni el odio, es el miedo.
Gracias, feliz camino y disfrute en cada paso, escena y acto.
Te deseo que seas ese personaje que siempre deseaste ser, y que comprendas que simplemente es una película, donde todo es posible, el director y protagonista sos vos, pero ni siquiera tan real...