He notado, sobre todo en este último año, la falta de fe que las personas tenemos sobre nuestra propia capacidad de crear. Más de una vez he escuchado gente decir, "yo no sé cantar", "yo dibujo horrible", "ojalá supiera tocar algún instrumento, pero soy horrible para la música", etc. Y si bien, yo misma era la primera en alentar a todos a que lo hagan de todas formas y se diviertan, nunca me sentí confiada de mis capacidades creativas tampoco. En primer lugar, hay que resaltar el hecho de que la creatividad no tiene nada que ver con lo comercial. El valor del arte no está en su correlación económica, ni tampoco en el ojo externo. Ser creativos significa poder expresarnos, poder canalizar nuestra energía interna en externa, sin importar tanto el resultado, sino la forma. Me llevó años entender que, no existe una forma correcta de dibujar, de hacer música, de bailar, escribir, etc. Sino que todo se debe a la propia evolución del hombre y de las épocas. Con la aparición de la imprenta, las personas comprendieron que ahora iba a ser posible documentar sus conocimientos para poder enseñarlos a lo largo de la historia, lo que sucede es que, hemos evolucionado más, o de diferente manera, a lo que hasta hoy en día nos siguen enseñando. Podemos basarnos en conocimientos y experiencias de décadas atrás, pero es esencial actualizarlas, sino simplemente estaríamos viviendo en una época con información inútil y desfasada. Ahí radica la importancia de mirar hacia atrás, para comprender de dónde surgen las cosas, y adaptarlas a nuestras necesidades y contextos actuales. Las instituciones, las categorías, las diferentes disciplinas y técnicas, no son más que nombres que, con el correr de los años, el hombre encontró para poder enseñar y adjudicarle valor. Debemos pensar que, centenares de años atrás, no existía la misma cantidad de información que tenemos hoy en día. La gente aprendía observando, cuestionándose y hablando con otros. También, hay que pensar en que las épocas fueron variando mucho, los conceptos de belleza sobre todo. En épocas anteriores, las mujeres más hermosas, eran aquellas con cuerpos grandes y flácidos, haciendo referencia a la riqueza, ya que si comían mucho era señal de dinero y poder, tanto que hoy en día, el concepto de belleza es una mujer de piel y hueso. Incluso el interés ha cambiado, antes significaba una familia con status social y económico, ahora es puramente un interés comercial y socialmente aceptado. Por lo tanto, los conceptos y las definiciones van a seguir variando por el resto de la humanidad. Porque lo que varía no son más que los propios intereses y creencias de las personas que viven en esa época en específico, no los que existieron antes ni los que van a existir en el futuro. Lo comercial y lo de interés común nunca va a permanecer intacto, por eso es importante saber que, tenemos el derecho a discrepar con lo que querramos.
Hace unos días, un amigo me confesó que, llegó a creer que no tenía creatividad. Que intentó con clases de guitarra, de pintura, y que sentía que no era bueno en ninguna. Hasta que entendió que estaba confundiendo los conceptos, que no pudiese pintar según la técnica que le estaban enseñando, o no lograra el resultado exactamente igual a lo que él o su profesor esperaban, no quería decir que no lo estuviese haciendo. El hecho de tener una creencia tan rígida con respecto al resultado que debemos obtener, nos hace olvidar lo que ser creativos realmente significa. La creatividad es la inteligencia divirtiéndose decía Einstein, es la capacidad que tiene nuestro cuerpo de manifestar nuestras emociones. Y por supuesto que no va a existir una única forma de hacerlo. Por el simple hecho de que, para cada ser humano las emociones son distintas y no tienen formas, tamaños, ni colores. Incluso, cada persona se expresa de diferente manera, están aquellos que lo hacen mejor con la voz, otros con la pintura, otros con la música, los que escriben poesía o fantasía, etc. La creatividad es el arte de expresar nuestras emociones, por lo que si todo ser humano tiene emociones, todo ser humano tiene la capacidad de expresarlas de forma creativa, y a eso le llamamos ARTE.
Otro punto que me gustaría aclarar es que, no existen personas "buenas" o "mejores" en alguna disciplina que otra, simplemente logran expresarse de una forma que logran llegarle a más personas. El arte no es solamente expresar nuestras emociones, sino compartirlas, y para eso, necesitamos que los otros se identifiquen con ellas también, eso es lo que hace a un artista "mas" o "menos" talentoso.
Todo ser humano, es un artista. Así que, es momento de dejar los miedos y las inseguridades atrás, y empezar a sentir, expresar, hacer y compartir. Dejar las creencias antiguas con respecto a las artes y empezar a mostrarnos, a dejar ir toda esa energía que tenemos dentro. Lo sepamos o no, todo lo que sentimos y pensamos, y no liberamos, permanece en nuestro cuerpo.
Cuando por ejemplo, una persona nos cuenta un secreto y nos pide que no se lo digamos a nadie, es un conocimiento que adquirimos, pero que no tenemos el permiso de liberar nunca, así que la forma más segura de evitarlo es, mandarlo al inconsciente y que desaparezca por ahí. La realidad es que nada de lo que existe en el inconsciente desaparece, simplemente dejamos de verlo. Si empezamos a sumar las diferentes ideas, sensaciones, emociones, pensamientos, ideas, planes frustrados, miedos, inseguridades, etc. que existen en nuestro inconsciente pero no vemos, podemos hacernos una idea del peso que esto puede significar. Todo esto que no liberamos, comienza a ser tan pesado y tan invisible que, puede ser muy peligroso para nosotros mismos.
Toda esta energía, por llamar a todo eso de una forma, se encuentra dentro de nuestro cuerpo. Nuevas disciplinas como, la biodecodificación, se encargan justamente de, re-ubicar esa energía. Entiende que cada hecho puntual que no liberamos, lo guardamos en algún lugar. Y la forma de identificar ese lugar es observando dónde éste comienza a fallar. Sobrecargar a nuestros órganos, tejidos, músculos, etc. con energía que no les corresponde, es lo que compromete su verdadera función. Para sanarlos es necesario canalizar esa energía.
En definitiva, la creatividad no solamente es algo puramente humano, sino que es sumamente innato y necesario. Debemos desapegarnos al resultado final y a la comparación constante. Cuando logremos sacarle todos los juicios de valor y nos permitamos sentir realmente, entenderemos cómo funciona. Si el objetivo es, compartir una emoción de tal forma que, las personas logren identificarse con ella, nuestra única guía debe ser ella, no nuestra mente. Si nuestra mente comienza a influir, la emoción que buscábamos plasmar, se pierde, y nunca lograremos lo que queríamos. La mente no tiene nada que ver con la creatividad, el valor monetario, la carrera profesional o el juicio externo, nada tienen que ver con la intención y la expresividad puesta en primer lugar. Dejemos ir los miedos al fracaso, la ilusión de necesitar agradarle a los demás para agradarnos a nosotros mismos, las creencias antiguas y rígidas de que existe una forma específica de expresarnos, de la constante comparación con los otros, de obtener el resultado y el reconocimiento que esperábamos, y sobre todo, de que no somos creativos.
Que el arte sea tu herramienta de expresión y liberación, no tu ticket al reconocimiento social y económico.
Nadie puede venir a decirte si lo que expresaste está bien o mal, puede identificarse más o menos, pero eso es propio de cada uno. Que una persona no comparta esa emoción específica, no quiere decir que otras miles no lo puedan hacer.
Ser artista nunca puede ser un fracaso, solo basta con creer en uno mismo, y cuando de verdad lo logres, los demás lo harán también.
El mundo externo es reflejo del mundo interno. Si tu lo crees, los demás lo creerán, si tú no lo crees, pues nadie más lo hará.