Hace días me vengo preguntando qué quiero, qué busco. Muchas cuestiones, preguntas, dudas, que si bien me ayudaron a reconectarme conmigo y con la meditación, sentía que aún no lograba encontrar la respuesta que buscaba. Anoche, después de un ataque de espontaneidad, me reencontré con la escritura. Sin pensar mucho, sentí un impulso de agarrar la computadora y escribir. Hoy en la mañana, por "esas casualidades de la vida" terminé entrando en un link, que me llevó a otro dónde un chico hablaba sobre su experiencia personal. Este chico, hoy en día, con 23 años gana millones de dólares, es conocido mundialmente, es fundador de su propia empresa, ha escrito best-sellers y dice tener la vida que siempre soñó. Cuenta que a los 11 años, después de ver la película "El secreto" se puso a investigar cómo funcionaba realmente, ya que sus padres habían perdido todo a causa de una mala inversión. Su intención era encontrar la forma de generar ingresos rápidamente para poder ayudarlos económicamente. A todo esto, eran las 8.12am cuando empecé a ver su minianuncio invitando a un seminario gratuito por la web, dónde explicaba "el verdadero secreto de la ley de atracción"; éste empezaba 8.15am. Dudé por un segundo si verlo o no, hasta que me dije "bueno, no pierdo nada." Me registré, todo empezó a cargar perfectamente y en una hora entendí de qué forma estaba fallando mi método.
Ni bien terminó, sentí nuevamente esa sensación de espontaneidad. Me puse ropa deportiva y salí a correr. Descubrí un lugar escondido, ATRÁS DE MI CASA, repleto de árboles y con un camino de tierra, por el cual no transitaba nadie. A medida que iba corriendo, diferentes ideas me iban surgiendo, de todo tipo y color. Terminé volviendo a mi casa a buscar un cuaderno, mi libro, el mate y a mi gato. Pude comprender que la vida que estaba pidiendo o buscando, ya la tenía a disposición.
Son tantas las veces que nos abrumamos con pensamientos que se nos hace imposible ver lo que tenemos frente a nuestros propios ojos. Entramos en esa inercia de insatisfacción, de quejas, de pedir por pedir, de caprichos, que no nos damos cuenta que lo único que hacemos, es perder tiempo. Y el tiempo no vuelve. Siempre es un buen momento para regalarnos unos minutos, para rodearnos de naturaleza, aprender de ella, permitirnos respirar en calma, desestresarnos, detener la ansiedad por unos minutos, y automáticamente, podemos ver con claridad lo que tenemos enfrente.
Tuve la sensación de desnublarme, como si mis ojos hubiesen estado tapados por nubes de cuestiones, miedos y dudas, y toda esa inmensidad de árboles me recordara que todo estaba bien, que simplemente respirara, que todo tiene un tiempo orgánico. Que mis pedidos son siempre escuchados, pero que es necesario que sepa esperar y estar atenta ni bien se me presenten. Para eso debo estar despierta.
De nada sirve que pida por pedir, si no tengo claro que espero recibir. Buscar inalcanzablemente algo es desperdiciar energía y tiempo, es querer encontrar algo que no sé ni cómo se ve.
La vida siempre quiere consentirnos, pero para eso debemos confiar en ella. No debemos intentar controlar CÓMO queremos que se den las cosas, simplemente debemos comunicarle, de forma clara y concreta, QUÉ queremos, y sentarnos a esperar, respirar, estar en calma y atentos para poder reconocerlo y recibirlo.
Peter, este chico que mencioné anteriormente, explicaba que la atracción no funciona según lo que queremos, sino que lo que atraemos es más de lo que somos. Es por esto, que para manifestarlo, es necesario empezar a actuar cómo si ya lo tuviéramos, cómo si ya fuésemos esa persona que consiguió lo que quería. Luego la vida comprende, automáticamente y por ley de causa y efecto, qué es y de qué manera llevarte a conseguir lo que queres.
Debemos empezar a actuar según el estilo de vida que queremos tener, para que nuestra mente comprenda e identifique el camino por el cual ir.
Explica también que, existe un orden en el cómo procesamos la información del exterior, que ésta luego determinará la forma en la que actuamos. Muchas veces intentamos cambiar una acción puntual; dejar de fumar, comer sano, hacer más ejercicio, etc. Pero no se trata de cambiar un hábito por otro, sino que muchas veces debemos ir más en profundidad. Supongamos una pirámide, donde las acciones y los resultados son la cúspide; en el medio encontramos a las emociones, los pensamientos y las creencias, que nos llevan a tomar acción. Pero la base de ella, la que da lugar a estos tres últimos, es la memoria. La memoria es aquella que se encarga de registrar, según las experiencias que hemos vivido anteriormente, cómo actuaremos ante una determinada situación. Por lo tanto, lo que debemos identificar y "cambiar" son todos aquellos recuerdos que nuestro cerebro grabó según nuestra propia interpretación, inconsciente, de lo vivido en el pasado.
Otro dato interesante es que los niños, sobre todo entre 0-7 años, viven en estados de bajas frecuencias cerebrales, es decir entre Delta, Theta y Alpha. Los adultos generalmente vivimos en estados donde nuestras ondas cerebrales son Beta, de mayor vibración, a no ser que entremos en estados meditativos o nos acostemos a dormir. El hecho de que las ondas cerebrales sean bajas significa que el pasaje entre el mundo del consciente y del inconsciente es más rápido. Nos permiten una mayor conexión con nuestra imaginación, con la percepción y con la intuición, lo que incrementa nuestro poder de atracción, debido a que la fantasía considera que todo es posible, soltando los condicionamientos de viejas creencias, pensamientos negativos, miedos, etc.
Sólo un 5% de nuestras acciones son de forma consciente, el otro 95% es totalmente controlado por nuestra mente inconsciente. Por lo tanto, es en nuestra niñez, donde absorbemos la mayor cantidad de información, Justamente por esto, todo recuerdo que tengamos entre nuestros 0-7 años nos condiciona un 80% en nuestro día a día.
Ya que, claramente, recordar toda nuestra infancia en esos 7 años nos llevaría muchísimo tiempo, los invito a hacer un pequeño ejercicio; hacer una lista de todas las creencias, las frases y voces ajenas que se repiten una y otra vez que te dicen que no puedes lograr algo, que no eres suficiente, que no mereces algo bueno, o lo que sea que te pueda incrementar sentimientos de inferioridad.
Identificar y asumir es el primer paso para cambiar algo, de lo contrario no sabríamos por dónde empezar. La intención es reconocer lo que tu cerebro tiene registrado, sin juicios, para luego recién corregirlos, reformularlos.
Parte de crecer y madurar es aprender a soltar lo que nos limita, a asumir nuestros errores y equivocaciones, entendiendo que a esa edad no teníamos las herramientas suficientes para generar juicios y conceptos correctamente. Pero que hoy sabemos que no somos ni más ni menos que nadie, que la abundancia existe para todos y que todos merecemos un futuro mejor, crear y acceder a la vida que siempre soñamos.
Feliz presente y próspero futuro consciente. Gracias.
