Esa maldita sensación de sentir que siempre nos falta algo, que siempre tenemos que hacer más, que queremos ver los resultados ya, que el tiempo y nuestras acciones parecen estar jugando carreras distintas, que todos nuestros esfuerzos nunca parecen dar frutos.
Existen definiciones y descripciones de la ansiedad como personas en el mundo. Lo interesante es pensar que si bien para cada ser humano la sensación es diferente, todos la experimentamos, y algunos más seguido de lo que nos gustaría.
En mí caso particularmente, la ansiedad viene ligada a la necesidad constante de sentir que estoy haciendo algo. O que lo que haga tiene que ser productivo, con un fin determinado. Siempre busco manifestar lo que quiero, necesito ver el resultado para poder quedar satisfecha y dejar ir la ansiedad.
El problema es que la mayor parte del tiempo, no sé qué busco manifestar.
Lo peligroso de esto es que se vuelve una búsqueda ciega y constante, que a la larga me termina cansando y frustrando. Y se vuelve una sensación aún peor.
Tengo etapas donde se me da por probar con diferentes cosas; empiezo a comer sin siquiera sentir hambre, me obsesiono por el ejercicio, aumento mi consumo de nicotina o de alcohol, me descargo mil juegos y aplicaciones en el celular, tablet y computadora, etc. La cuestión es que hay infinitas formas de intentar evadir esta sensación desagradable. Pero la respuesta no está en ningún otro lado, que adentro nuestro. La ansiedad se manifiesta por alguna razón, no aparece simplemente porque sí, buscar, observar y entender la causa es la única forma de erradicarla. En mí caso, como dije antes, viene ligada a esa necesidad constante de sentir que lo que hago nunca es suficiente, que a pesar de estar haciéndolo lo que "debo" no logro sentirme tranquila ni satisfecha, sigo sintiendo que hay algo más. La interpretación que logré encontrarle es que, por más que haga infinitas cosas si no sé qué es lo que estoy buscando, me va a ser imposible encontrarlo. Es muy difícil encontrar algo que no sabíamos que estábamos buscando.. Por lo tanto, si no busco la causa nunca voy a poder encontrarle la respuesta o la cura.
El hecho de querer estimularnos constantemente con cosas del exterior, para evadir o intentar satisfacer esta sensación, es en vano. Porque el problema simplemente no está en el exterior. El mundo exterior es un reflejo del mundo interior. Nada de lo que pase en el exterior es realmente lo que está pasando, sino que es nuestra propia interpretación de los hechos.
Está bien sentir ansiedad, todos lo hacemos, pero la solución no es escapar de ella, sino solucionarla. Al fin y al cabo no es más que un síntoma de algo que sucede en nuestro interior, solo debemos identificar lo que lo causa. Distraernos u obsesionarnos con cosas externas para saciarla o dejar de sentirla no es la forma, puede ayudarte en el momento, pero no a largo plazo. Tanto las redes como las drogas no son más que otro gran síntoma de las ansiedades no resueltas. Son la necesidad constante de dejar ir esta sensación tan molesta, y por eso justamente es que son tan adictivas. Porque cumplen su función, nos distraen, nos hacen sentir bien, pero de una forma tan efímera, que nos crea una nueva necesidad, la necesidad de su consumo constante. La adicción por el consumo constante para evadir la necesidad generada por la ansiedad, es una bomba de tiempo.
Si sentís ansiedad, preguntate ¿a qué se debe?, ¿ansiedad de qué?, ¿qué querés lograr o manifestar?, ¿qué es lo que te frustra?, ¿qué es lo que no te permite avanzar?,¿qué es esa necesidad constante? ¿necesidad constante de qué, para qué? ¿qué es lo que no te permite disfrutar de lo que tenés hoy?, ¿qué es lo que "te falta" para saciar esa sensación?, ¿por qué crees que teniendo "eso" vas al fin ser feliz, qué te impide ser feliz hoy?, ¿qué intentan satisfacer esas adicciones y obsesiones externas?, ¿qué es lo que te genera tanto miedo? ...
Las preocupaciones, las comparaciones, estar bien, estar mal, ser rico o pobre, son puramente estados mentales. Son nuestras creencias las que nos condicionan. Creemos más de lo que sentimos. Sin duda existen factores externos que contribuyen y fomentan ciertos pensamientos, pero al fin y al cabo, no son más que ideas, por lo que el real poder está en observarlas y transformarlas.
No es algo fácil ni algo que alguien pueda venir a enseñarnos o a compartirnos la receta, pero tampoco es algo imposible ni por fuera de nuestras capacidades. Requiere mucho trabajo y responsabilidad, y sobre todo, mucho amor.
De simples palabras, frases, o lo que sea, pueden salir infinidad de pensamientos, cuestiones, preguntas y reflexiones. Pero esto simplemente me demuestra que, cada ser humano es único, es un mundo distinto al resto, y justamente por eso, termina siendo creador de su propio mundo, porque el exterior no es otra cosa que su propia creación mental.
Una de las grandes preocupaciones que todos compartimos, en mayor o menor medida, es lo que creemos que el otro cree.
Todo, absolutamente todo, está en nuestra cabeza. Nadie piensa tanto en nosotros, como nosotros mismos. La sabiduría no se comparte ni se explica, se pueden compartir herramientas, pensamientos, creencias, conocimientos, ideas, etc. pero la sabiduría es algo de cada uno, diferente para cada persona, es simplemente una sensación. Una vez comprendido esto, comprendemos que todo se basa en sensaciones, no en pensamientos. Y ese pensamiento de creer que "en el futuro voy a estar mejor" o que "cuando esté en tal lugar voy a ser más feliz" o lo que sea, no es más que una ilusión. Los pensamientos son ilusiones, cambian infinitas veces. Los sentimientos no, la tristeza siempre es tristeza, la rabia siempre es rabia, el amor siempre es amor. Hay que animarnos a escucharnos más, nunca nadie nos enseñó cómo ni lo importante que es, pero si prestamos atención a todo lo que pasa en nuestra cabeza, las 24/7, nos vamos a dar cuenta que sabemos mucho más de lo que creíamos. Nuestra mente no se calla ni un segundo, ni siquiera cuando dormimos. Por eso es importante observarla, conocerla, ver qué quiere, qué necesita, amigarnos con ella y dejar de intentar silenciarla, Siempre está buscando lo mejor para nosotros, nos ama y nos quiere cuidar, pero necesita de nuestra atención. Ella es la voz, y nosotros el cuerpo que puede ayudar a manifestarlo, pero si no trabajamos en equipo, y nos comunicamos para ponemos de acuerdo en lo que queremos y necesitamos, se puede hacer muy difícil y agotador. Y el gran síntoma de esto es, la depresión, el enojo, la frustración, el sentir que nada tiene sentido, que no tenemos fuerzas, que no sabemos siquiera por qué seguir luchando, y lo único que queremos es rendirnos.
A todo eso se le puede ganar, simplemente tenemos que estar dispuestos a empezar.
Todo lo que le decimos a los demás, en realidad son cosas que nosotros ya sabemos pero que necesitamos decir en voz alta para escucharlo. Si empezamos a contemplar a los demás como nuestros reflejos, nos podemos dar cuenta que el "hablar con otra persona" no es más que una ilusión, lo único que hacemos es hablarnos a nosotros mismos.
Todo lo que hacemos son intentos desesperados de nuestra mente por llamar nuestra atención, por ser escuchada y valorada.
