Hace unos meses que, escuché este término por primera vez, aunque no sentí que así fuera...
Pero, ¿cómo puedo sentirme identificada con un término que, ni siquiera se que significa? Así que lo investigué un poco más...
Según una definición en Internet:
"El síndrome del impostor, a veces llamado síndrome del fraude, es un trastorno psicológico, en el cual las personas exitosas son incapaces de asimilar sus logros." "- ¿Cómo saber si tengo el síndrome del impostor? - Atribuir tu éxito a factores externos, como la suerte. Sientes que no mereces tu éxito. Tener miedo de no ser lo suficientemente bueno. Sabotear tu propio éxito inconscientemente."
Según mi interpretación:
Sentir que constantemente estoy intentando ser una persona que no soy, solamente para cumplir las expectativas de alguien afuera. Intento convencerme de que, soy quien soy porque así lo elijo, y no porque otros esperan ciertas cosas de mí.
Actúo, pienso y digo de una manera, que muchas veces ni yo misma me reconozco. ¿cómo voy a pretender que otros lo crean? Voy por la vida, diciéndole a las personas que, ser auténtico es lo más importante, es lo más liberador, pero no siempre es así para mí. A veces hasta me frustro, o critico, por no "disfrutar del proceso" como predico, ¿entonces? ¿por qué esa necesidad de incorporar una idea o conocimiento nuevo y automáticamente ir a escupírsela a alguien más? ¿por qué no puedo integrarla yo, serlo yo, y transmitirla desde mis acciones, desde la inspiración? ¿seré la famosa "has lo que yo digo, no lo que yo hago?
Hasta que una llamada inesperada me respondió todo. Los procesos no están hechos, solamente, de situaciones agradables, sentimientos de felicidad y gratitud, esos son los logros, pero para llegar cada vez más alto es necesario, en principio, salir del cascarón, y eso muchas veces es poco agradable.
El ser humano es increíble por naturaleza, tenemos infinitas formas de crecer y evolucionar, simplemente no siempre las vemos con tanta claridad, porque las idealizamos demasiado. Es por esto que, cuando no se parecen a cómo esperábamos, tendemos a rechazarlas, a querer deshacernos de ellas, y querer solamente la parte gratificante, positiva y feliz. Esto es lo que muchas veces nos hace querer renunciar, o peor, hacer creer que "fracasamos".
Es necesario aprender a estar dispuestos a pagar el precio de las cosas. ¿Querés crecer? ¿Querés volar? Rompé el cascarón, abrí tus alas, y saltá, ni los pájaros nacen sabiendo volar; todos tenemos que aprender a confiar en nosotros mismos.
Del carbón vienen los diamantes, ¿por qué nos resistimos tanto al cambio? ¿No nos damos cuenta que resistirse lo vuelve mucho más doloroso? ¿Hay algo más liberador que el cuerpo soltando aquello que ya no quiere, que le aprieta, que le hace mal? Sea vomitando, sea diciendo lo que siente, sea llorando, gritando, bailando, cantando, dibujando, escribiendo, saliendo a correr, a andar en bici, a tirarse al mar, a reír!!
Liberar desde la risa, es sin duda, de mis favoritas, pero, debo reconocer que me agradezco, haber comenzado a practicar, hace no mucho tiempo, el llorar.
Capaz que para muchos suena raro escuchar que "practiqué cómo llorar", no es que no supiera hacerlo, era peor, no me lo permitía. Así que, me entrené, y hoy en día logro hacerlo cada vez que siento que mi cuerpo lo necesita. Puede que muchos no lo noten, y no los juzgo, yo tampoco lo notaba... Pero tampoco estaba notando lo contraproducente que era.
Como la serpiente cambia de piel a medida que va creciendo, nosotros liberamos agua por los ojos cuando conectamos con una emoción; puede ser de cualquier tipo, alegría, tristeza, miedo, etc.
Es como si cristalizáramos ese sentimiento, y lo convirtiéramos de algo abstracto e interno, a algo material y externo.
Yo siento que es la forma que tiene mi cuerpo de mostrarme la existencia de esa emoción y a su vez, liberarla de él, "no querer retenerla más".
Es también que, gracias a este gran trabajo que he hecho en mi misma, sobre las emociones especialmente, es que hoy me he topado con esta nueva pared, "UN SÍNDROME". (Parece que las emociones ya no eran un problema, y mi mente tuvo que encontrar algo más grande...) Hace unos meses que, con mucha seguridad y confianza, decidí dedicarme profesionalmente a crear mi propia marca personal, pero no duró mucho hasta que llegaron ellas .... PREGUNTAS DINAMITA : ¿pero de qué vas a hacerla? ¿sobre qué vas a hablar? ¿cómo vas a empezar? ¿qué vas a aconsejar o predicar ahora? Intenté no escucharlas, y seguí adelante, SALTÉ Y EMPECÉ. Confiando en que iba a ir encontrando las respuestas en el camino, y de hecho sí lo hice, pero.... no eran las que esperaba.
Intenté crearme una imagen visual y profesional, que reflejara, algo, todavía no sabía que quería que fuera, JA! Pero seguía confiando en que, lo iba a descubrir en el camino; seguía callando esas voces y haciendo lo que me había dicho que iba a hacer; rendirme no era una opción. Las expectativas crecían, los sentimientos de inseguridad también, y de repente, estaba llegando al momento de incomodidad. Todo lo que sabía hacer, ya lo había hecho, estaba llegando el momento en el que iba a tener que dar un paso más, un paso hacia un mundo totalmente desconocido, y los miedos no tardaron en llegar, acompañados de: ahora sí "TENGO UN SÍNDROME, NO PUEDO SEGUIR." Esta vez, decidí enfrentar la situación, y elegir el crecimiento sobre mi zona de confort. Así que, acá estoy, reconociéndome que, no hay nada malo conmigo, no tengo ninguna enfermedad ni limitación, que pensar eso es solamente mi mente creando una excusa para justificar el miedo que le genera "cambiar", que algo dentro de mí teme crecer y eso genera inseguridad, pero que no me pasa únicamente a mí, le pasa a todo ser humano, es algo natural, que me invita a profundizar en mí. Porque si no lo hago, no voy a encontrar jamás esa respuesta que necesito para seguir creciendo y llegar a donde me propuse, en primera instancia.
Y esta es la solución más semejante que logré encontrar, escribirlo en mi blog. JA!
Compartirlo, expresarlo, sacarle el juicio, las expectativas, ser transparente como me propuse, contando realmente cómo está siendo mi proceso de "crear mi marca personal".
No son todos los días fáciles, no siempre estoy inspirada, no siempre tengo ganas, no siempre siento que pueda hacerlo, no siempre tengo los días organizados y logro que sean productivos. Pero sin duda, todos los días aprendo algo nuevo de mi misma, todos los días me desafío a hacer algo nuevo, algo que me genera incomodidad, inseguridad, nerviosismo, con la certeza de que es lo necesario para salir de mi cascarón, y me voy a dormir feliz, satisfecha, contenta, agradecida.
Me he dado cuenta de que, si quiero "crear mi marca personal", significa que debo ser totalmente honesta, con ustedes, y conmigo misma. Y eso significa, compartir no sólo los logros, sino el verdadero proceso, con sus subidas y bajadas, permitirles que me acompañen a vivir esta aventura de expansión.
Quiero explotar mi potencial al máximo, disfrutar mi vida cada segundo que esté en este presente; aprender, compartir, crecer, inspirar, sentir, caer, volver a levantarme, TODO, quiero vivir todas las experiencias, LAS BUENAS Y LAS NO TAN BUENAS.
Observo desde la oportunidad y la enseñanza, no desde el control y la expectativa.
